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Mano dura (para los demás)

Clemente Pérez Abogado, Máster en Políticas Públicas

Por: Clemente Pérez | Publicado: Miércoles 19 de julio de 2023 a las 04:00 hrs.
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Clemente Pérez

La CPC, a través de un Téngase Presente ingresado al Tribunal Constitucional, y la Sofofa, a través de una declaración pública, han manifestado su oposición a la futura Ley de Delitos Económicos. Sectores que habitualmente piden “mano dura”, esta vez solicitan un poco más de suavidad de parte del legislador.

En algunos puntos, sólo algunos, tienen razón. Hay delitos que recibirán penas de cárcel y que no están bien definidos. Pero esta ley no crea muchos delitos nuevos (y los nuevos sí están bien definidos), sino más bien sistematiza y acrecienta las penas de delitos previamente existentes en otros cuerpos legales, cuyas vaguedades venían de antes. Un ejemplo claro es el delito de crear loteos brujos, ¿incluye o no a la generalizada práctica de hacer parcelas de agrado al margen de la planificación territorial? Son figuras que deben ser revisadas en cada una de las legislaciones sectoriales correspondientes.

“No tiene buena presentación que los gremios empresariales se opongan a esta modernización normativa sobre delitos económicos y, ahora, pidan mano suave”.

Lo que no hay que olvidar es que esta futura ley es la respuesta para los abusos que en parte explicaron el descontento social y el consabido estallido, que algunos no vimos venir. Porque el descontento se funda en un Estado fallido en muchos aspectos y también en numerosos casos de colusión, faltas a la fe pública y una serie de abusos de diversas empresas.

Para mejorar el Estado fallido hemos estado trabajando en una nueva Constitución, un mejor sistema político, buscando instituciones más eficientes y normas más compartidas. Pero para evitar nuevos abusos del sector privado no habíamos avanzado mucho todavía, faltaba una respuesta, y esa respuesta es fundamentalmente esta nueva ley de delitos económicos. ¿Es muy dura? Sí, de acuerdo. Pero es una ley aprobada prácticamente por la unanimidad de los parlamentarios, y por dura que sea, está bien diseñada. Así es que mejor aprender a vivir con ella.

Milton Friedman dijo hace algunos años: “Hay una concepción errónea ampliamente difundida de que la gente que está a favor del mercado libre está también a favor de todo lo que las grandes empresas hacen. Nada podría estar más alejado de la verdad”.

Claramente para tener un mejor país necesitamos un sector privado fuerte que libere su capacidad creativa, que se desenvuelva en un ambiente de confianza y reglas claras, pero que también respete las reglas de la libre competencia, el medio ambiente y la buena fe pública, valores que promueve esta nueva Ley de Delitos Económicos.

Con todo, es muy probable que se utilice poco, pues en muchas materias -por ejemplo, en materia ambiental (uno de los ámbitos más desarrollados por la futura ley)-, la vía penal no es la más indicada. Son más apropiados los órganos especializados como la Superintendencia del Medio Ambiente y los Tribunales Ambientales. Además, el estándar probatorio en materia penal es más alto, por lo que será más fácil sancionar al que contamina por las vías especializadas, no por la vía penal. Esta nueva ley será utilizada sólo para los casos más emblemáticos, los que deben terminar con sanciones reales y no con penas que las paga la empresa o las famosas clases de ética.

No tiene buena presentación que los gremios empresariales se opongan a esta modernización normativa y esta vez pidan una mano suave.

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